SAN LORENZO
El Bloque de Seguridad, conformado por la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, destruyeron un laboratorio de procesamiento de droga en el límite fronterizo de la provincia de Esmeraldas con Colombia, este sábado 13 de abril.
Según un reporte de ECUAVISA, las Fuerzas Armadas, la intervención se realizó en una localidad cercana al río Mira. Estiman que las instalaciones tenían una capacidad de producción de cinco a 10 toneladas semanales, y entre 15 a 20 toneladas al mes.
Además, encontraron un sitio de descanso con capacidad de alojamiento para 60 personas, en su gran mayoría de nacionalidad extranjera.
La geografía del sector permitiría el uso de pequeñas embarcaciones para el traslado de las sustancias ilícitas hacia caletas en Ecuador y Colombia; dando como resultado final el transporte de la droga por vía marítima hacia otros destinos.
Se encontraron con nueve hornos microondas, una cocina industria, 31 tanques de polietileno (500-200 lt), un generador de luz, cuatro cilindros de GLP, 10 canecas de sustancias líquidas (químicos), entre otros insumos para la actividad ilícita.
Las investigaciones continúan para identificar a los responsables de este laboratorio clandestino y desarticular las redes criminales involucradas en este delito.
Mientras que, una nota internacional refiere que dos grandes laboratorios con capacidad para procesar al menos 10 toneladas de droga por semana fueron desmantelados en la frontera entre Ecuador y Colombia luego de tres meses de investigaciones conjuntas y en colaboración con la DEA, informaron autoridades este domingo.
La primera infraestructura, que podía producir 15 toneladas de droga y en la que habrían trabajado entre 60 y 80 personas, fue localizada la víspera en la ribera del río Mira, en la provincia de Esmeraldas, en el norte de Ecuador, informó en rueda de prensa el comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta de Esmeraldas, Milton Rodríguez.
Frente a esta, del lado colombiano, el ejército de ese país halló otro laboratorio con capacidad de procesamiento de 10 toneladas de droga, agregó Rodríguez, sobre lo cual no proporcionó más detalles.
Según el jefe militar, el nuevo laboratorio del lado ecuatoriano se ubicaba a unos cuatro kilómetros de distancia de otro similar que fue localizado semanas atrás y que hasta esa época era el más grande que se hubiera hallado en el país andino.
La agreste geografía del sector hace que la zona fronteriza sea aprovechada por grupos criminales que buscan “burlar” los patrullajes militares permanentes, dijo Rodríguez, pese a lo cual insistió que Ecuador no es considerado un sitio de procesamiento.
Esta infraestructura pertenecería al Frente Oliver Sinisterra, que, de acuerdo con el comandante, opera como parte de la Segunda Marquetalia, uno de los mayores grupos de disidentes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) presentes en esa zona, señaló.
El comandante de la Policía de Esmeraldas, general Jorge Cevallos, indicó que estos laboratorios, conocidos comúnmente como “cocinas”, son “el preámbulo más importante dentro de la cadena de distribución” de drogas.
La policía presume que los narcóticos eran trasladados en pequeñas embarcaciones hasta caletas en Ecuador y Colombia para luego ser transportados al mercado internacional.
Además, se decomisaron nueve hornos de microondas, una cocina industrial y dos tanques tipo refinería, entre otros elementos para el procesamiento, y unos ocho sacos de droga.
Las autoridades estimaron que el operativo representa un “golpe” de unos mil 500 millones de dólares anuales a la economía ilegal del narcotráfico.
Ecuador es considerado un centro logístico donde se acopia, almacena y distribuye la droga a los mercados internacionales en Centroamérica, Estados Unidos y Europa.
Según información de la policía ecuatoriana, entre 2021 y 2023 se detectaron seis laboratorios en la zona fronteriza. Las autoridades niegan que Ecuador haya dado un paso en dirección al procesamiento en este sector ilegal, pero expertos consideran que los últimos hallazgos, cada vez más seguidos y amplios, proporcionan indicios de que los narcotraficantes de Colombia buscan extender sus laboratorios a Ecuador.
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